Por Gabriel Boragina ©
No es posible pasar un día sin escuchar esta pregunta en prácticamente todas partes.
Pero, en realidad, la pregunta está mal planteada, porque la correcta debería ser ¿Por qué baja el peso? Dado que lo que se pretende averiguar es la causa de la tremenda disparidad entre ambas monedas.
La respuesta popular y simplista contesta que el dólar "sube porque la gente especula"
El problema con esta réplica es que la gente especula siempre, en todos los actos de su vida y de su día y -sin embargo- hay momentos en el curso de todo ese tiempo que el dólar no "sube", sino que "baja" o se mantiene estable.
Entonces, veamos algunas de las causas reales (aunque no finales) de este "curioso" fenómeno que ya se ha vuelto tan acostumbrado para los argentinos (aun cuando son muchos los ingenuos que siguen preguntándose por qué sucede esto, o bien lo atribuyen a algunas de las "razones" que dimos arriba).
Sin duda, la inflación es uno de los responsables, dado que deprecia al peso, y esta devaluación hace que la relación peso/dólar sea desfavorable para el primero y positiva para el segundo.
Pongamos un ejemplo para hacerlo más sencillo todavía de entender: si con un billete de $ 100 compro 10 caramelos en el momento 1 (M1) y en el 2 (M2) compro 4 caramelos, significa que en M2 soy más pobre que en M1, aunque sigo teniendo un billete que nominalmente "vale" $ 100. Los caramelos que puedo adquirir con mis $ 100 representan el tipo de cambio real de mi billete, en tanto que la cifra que expresa o leo en el billete representa lo que se llama el tipo de cambio nominal del mismo.
Si ahora cambiamos los caramelos del ejemplo por los dólares el resultado será el mismo. Lo que determina la razón por la cual en M1 con $ 100 compramos 10 dólares (o caramelos) y en M2 sólo compramos 4 es la cantidad de pesos en circulación que haya, que es mayor en M2 que en M1. Y el dinero en circulación crece por una sola razón, porque el gobierno emitió más dinero en M2 que en M1.
Para comprar la misma cantidad de dólares que adquiríamos en M1 con $ 10 por unidad, ahora necesitamos $ 250, porque con $ 100 solo podremos comprar 4. Es un simple efecto de oferta y demanda.
Al observar esto, la "lectura" que la gente hace es que cada caramelo/dólar antes "costaba" $ 10 ahora "cuesta" $ 25, ergo lo "lee" como que el dólar "subió" de $ 10 por unidad a $ 25. La realidad es que el precio del peso en términos de dólares se depreció.
Pero además de la inflación también concurren otros factores para que la diferencia entre pesos y dólares se ensanche. Por ejemplo, si hay una caída en las exportaciones se pasa a hablar, entonces, de un balance comercial deficitario o "desfavorable", dado que -en el caso- ingresan menos divisas que cuando las exportaciones eran mayores.
Esto hace que la relación dólar/peso sea favorable para el primero y negativa para el segundo, con lo cual el precio del dólar sube en tanto el del peso baja. Como en el caso de la inflación se necesitarán más pesos para comprar la misma (o menos) cantidad de dólares.
¿Por qué se reducen las exportaciones? Las exportaciones caen generalmente cuando no hay excedentes exportables. Esto -a su turno- encuentra como causa posible el desplome de la producción por elevación de costos. Y en la misma línea, los elementos que más inciden para que los costos se eleven vienen dados por la baja productividad que halla-a su vez- causa en la política fiscal. En países como Argentina donde la tasa de presión fiscal es en cada ciclo más elevada, estas empujan los costos totales hacia arriba haciendo más caro producir, vender, trabajar, y todo lo que tenga que ver con cualquier actividad económica. Semejante elevación de costos incide negativamente en la producción global, y afecta más aun todo lo que se relacione con el comercio exterior. Exportar e importar se hace en cada período más difícil, y ocasiona que el precio de la divisa vuelva a "subir". El responsable de todo este circuito es el gobierno, a quien encontramos al final del camino como único agente causal.
Todo lo dicho tiene un impacto también negativo en las importaciones, ya que en la línea de lo que venimos explicando, se necesitarán destinar más pesos para comprar igual o menor cantidad de dólares. En este supuesto, las importaciones se encarecen y entonces se retraen, lo que hará bajar la demanda de divisas y -ceteris paribus- debería hacer caer también su precio.
Otro componente importante que hace que el diferencial de cambio sea en cada ocasión más amplio -siguiendo con el caso del comercio exterior- es la retracción del crédito internacional que afecta negativamente el balance de pagos. Menor entrada de divisas que produce el mismo efecto que la contracción de las exportaciones: al hacer escasas las divisas su precio "sube" mientras el del peso "baja". Las razones por las cuales los préstamos del exterior dejan de afluir al país ya las hemos analizado en muchas ocasiones, pero repasemos algunas: cuando los gobiernos dictan leyes que atentan contra la propiedad privada crece la inseguridad jurídica, y cuando los tribunales emiten fallos en el mismo sentido o no respetan las decisiones que hubieron adoptado anteriormente (violando la cosa juzgada, cosa que estamos hartos de observar en nuestro tránsito profesional por los tribunales) de este modo resulta lógico que ningún capitalista externo esté dispuesto a otorgar crédito a nadie en el país, ni a empresas ni a particulares, porque cuenta casi como seguro que no recuperará ni el capital ni los intereses. Es por ello que, el único crédito que puede conseguirse es el que logre obtener el gobierno local de organismos internacionales, y que suele ser el famoso "crédito barato", porque es -a su turno- financiado con impuestos sufragados por los contribuyentes externos.
Por análogas razones a las analizadas en el párrafo precedente, el dólar "sube" porque se comprimen las inversiones internacionales. El denominador común es el mismo que el anterior: leyes y sentencias contra la propiedad, o directo incumplimiento contra los veredictos judiciales (pocos) que defienden la propiedad privada. En general, salvo honrosas y en cada oportunidad más extrañas excepciones, la justicia argentina en el marco de las relaciones jurídicas entre particulares, está orientada hacia el amparo y la defensa de los morosos incumplidores y desamparo de los acreedores. Esta disposición cambia en el campo del derecho público donde cuando el acreedor es el "estado" y el deudor el particular las decisiones legales van en favor del primero y en contra del segundo cualquiera sea el grado de razón que pudiera asistir a este último.
En este rápido análisis de las motivaciones por las cuales la gente dice que el dólar "sube", nos topamos con la fuga de capitales que también reconoce su origen en la inseguridad jurídica. Pero -en este caso- debemos agregar otra causa más: los tristemente célebres controles de cambio, que consisten en -no otra cosa que- imponerle un precio máximo a la divisa, es decir, un precio político. El resultado es la aparición de un mercado paralelo, negro, subterráneo u otras denominaciones que se le asignan. En este tema, oferta y demanda de dólares ajustan por cantidad, ya que el precio máximo impide -en principio- que lo hagan vía precio de mercado. En consecuencia, aumenta la demanda de dólares, con lo que su precio se eleva en la misma proporción.
Cuando la salida de dólares al exterior se combina con la falta de crédito externo, se potencia la diferencia del tipo de cambio en favor de la divisa y en contra de la moneda local. Si se le agregan controles de cambio y restricciones al comercio exterior -que vimos arriba- más inflación, etc., el cóctel no puede ser sino letal.
Entonces, el "diagnóstico" que atribuye que el dólar "sube" debido a la "especulación" de la gente, es un "argumento" tan simplista como falaz. Confunde el resultado con la causa o -como se dice- pone "el carro delante del caballo".
La demanda de dólares por parte de la gente -en resultado- no es la causa del "aumento del dólar" como se dice vulgarmente, sino su efecto lógico. Y el origen de esa demanda hay que buscarlo y se encontrará en algunos de los constituyentes que hemos mencionado más arriba rápidamente en el marco de este deliberado breve análisis.
En todos los casos anteriores opera la ley de la oferta y la demanda, pese a todas las restricciones o a causa de las mismas como reacción del mercado.
En suma, hasta que los políticos no entiendan, aunque sea en su manera básica, alguna de estas cuestiones el dólar seguirá "subiendo".
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