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Mitos sobre la renta de la tierra y su imposición

 Por Gabriel Boragina ©

"A medida que la civilización progresa, es mayor el divorcio entre ricos y pobres, mayor la distancia que los separa". "Mientras la renta de la tierra se eleva, dice George, el interés del capital disminuye y el salario del obrero desciende al mínimum, estrictamente indispensable para las necesidades de la existencia. Y así vemos en todos los países crecer simultáneamente, como las ramas de un mismo tronco, la suma pobreza al lado de la suma riqueza"."[1]

Naturalmente es falso que "a medida que la civilización progresa, es mayor el divorcio entre ricos y pobres, mayor la distancia que los separa". No es la civilización la culpable de ese divorcio sino el estatismo que George defiende. Mientras el capitalismo operó en libertad la distancia entre ricos y pobres se acortó y lo sigue haciendo en los pocos lugares donde se lo deja actuar. Pero apenas comienza el combate contra el capitalismo, el estatismo se va abriendo paso y allí aparece el divorcio que veía George. Simplemente este sujeto equivocó del diagnóstico y -por lo tanto- erró en el tratamiento.

Dice que la renta de la tierra se eleva siempre, lo que no es cierto. No se trata de un fenómeno automático como cree.

Se está aludiendo al concepto antiguo de renta ya abandonado por toda la ciencia económica. Esa idea provenía de la época de los grandes terratenientes, ya en su mayor parte esfumados por el fraccionamiento de la tierra que la aparición del capitalismo produjo al elevar los ingresos de los campesinos y otros menos acaudalados, y permitiéndoles -al mejorar su nivel de vida- ir adquiriendo parcelas primero, y luego fracciones cada vez mayores del terreno, convirtiéndose así en propietarios de los predios que comenzaron arrendando. Esta subdivisión operada naturalmente por el mercado libre también hizo que disminuyeran las rentas de los grandes terratenientes convirtiéndose en medianos primero, y luego en pequeños terratenientes, con lo cual la distribución de la tierra quedó a cargo del capitalismo en los escasos lugares donde pudo operar en franca y absoluta libertad sin injerencias de los gobiernos. "la suma pobreza al lado de la suma riqueza" es el resultado inevitable del estatismo, es decir, de la ausencia de capitalismo.

"La causa única de estas calamidades, sugiere el mismo expositor, es la renta de la tierra. El hombre no puede trabajar sin el concurso de la tierra, y como la tierra está monopolizada, sus propietarios exigen por el permiso para trabajar (arrendamiento) la mayor parte de los beneficios: con el progreso de la población y de los procedimientos de trabajo aumenta incesantemente la renta, pero sólo a favor de los propietarios... El mejor modo de suprimir la renta es confiscarla por el impuesto. Este impuesto bastará por sí sólo para atender a todos los gastos públicos; debe ser, por consiguiente, un impuesto único. No es este el único ejemplo de impuesto único. En efecto, hay corrientes que propician el impuesto único sobre el capital, así como hay quienes propugnan el impuesto único sobre la renta. En puridad de verdad, desde el punto de vista legislativo, no existe en ningún país del mundo, siendo que todos los regímenes existentes obedecen al sistema de la multiplicidad impositiva, con numerosas variantes."[2]

Como hemos explicado fue el capitalismo el que desmonopolizó la tierra que -vale la pena recordar- siempre estuvo en manos de reyes, nobles, barones feudales, etc. hasta que en el siglo XVIII aparece el liberalismo, primero en el terreno de las ideas y después su materialización (o aspecto práctico) que fue el capitalismo. Sólo en este periodo histórico comenzó (si bien lentamente como era lógico) el proceso de desmonopolización de la tierra y demás bienes. Donde este sistema capitalista se dejó actuar en liberad las grandes parcelas fueron fraccionándose a medida que el valor de la tierra bajaba (fruto de la creciente industrialización) y los ingresos de las masas comenzaban a subir.

La Revolución Industrial fue desplazando la mano de obra desde la tierra hacia las fábricas, y esto hizo que el valor de la tierra decreciera y -por consiguiente- bajara también su renta, facilitando la adquisición de parcelas cada vez mayores a un número creciente de personas que podían ahora (y no antes) acceder a ellas.

Respecto de la frase: "con el progreso de la población y de los procedimientos de trabajo aumenta incesantemente la renta, pero sólo a favor de los propietarios" hay dos cuestiones. La primera ya la mencionamos: jamás la renta de cosa alguna aumenta incesantemente si la cosa no es productiva, y esa productividad se refleja en el mercado libre con la adquisición de los productos que la cosa produce. Si no se adquieren no habrá renta. La segunda cuestión es que, si la renta aumenta "sólo a favor de los propietarios" hay que tener en cuenta que antes de la Revolución Industrial estos eran menos y luego de ella pasaron a ser más, lo cual no es malo sino muy bueno. ¿No era que lo que se pretendía era desmonopolizar la tierra? Bien, eso fue lo que hizo la Revolución Industrial: aumentar el número de propietarios de menos a más. Luego, el capitalismo agudizó el proceso multiplicando el número de propietarios.

Resulta claro que, si se intentara impedir todo este proceso con la aplicación de impuestos únicos o múltiples el fenómeno descripto no se produciría sino que se obtendría el resultado contrario al que se desea; el impuesto volvería a monopolizar la tierra, sólo que, en lugar de monopolizarla en manos de los antiguos terratenientes (reyes, nobles y barones feudales) lo haría en manos de los modernos "reyes", "nobles" y "barones feudales", es decir, los miembros del gobierno. En los países comunistas (URSS, China, Cuba y sus satélites y seguidores) se lo hizo y todo, (no sólo la tierra) sino absolutamente todo pasó a ser propiedad del "estado".

Las mismas calamidades sucederían si se aplicaran "impuestos únicos" al capital y la renta, o a cualquier otra cosa.

El impuesto no es otra cosa -desde el punto de vista económico- que una transferencia de ingresos de los particulares al gobierno. Si se desea desmonopolizar la tierra a través de impuestos implica transferir ese monopolio de los propietarios privados a los gobernantes ¿Qué nos haría pensar que el monopolio estatal sería mejor al privado?

Como hemos venido diciendo hasta ahora, si la gente cree que debe pagar impuestos, un impuesto único sobre la renta parece el de menor daño posible, el menor de los males que la existencia misma del impuesto implica.


[1] Mateo Goldstein. Voz "IMPUESTOS" en Enciclopedia Jurídica OMEBA, TOMO 15, letra I, Grupo 05.

[2] Goldstein, M. ibídem.

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