Accion Humana

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Revista Digital

Individualismo, egoísmo, colectivismo y altruismo (2º Parte)

 Por Gabriel Boragina ©

‘’Platón sugiere que si no se puede sacrificar los intereses propios en aras de los de todos, entonces se es egoísta, Pero una mirada a nuestra pequeña tabla nos mostrará que las cosas no son así. El colectivismo no se opone al egoísmo, ni tampoco es idéntico con el altruismo. El egoísmo colectivo o de grupo, por ejemplo, el egoísmo de clase, es cosa muy común (Platón lo sabía muy bien), y esto muestra con bastante claridad que el colectivismo propiamente dicho no se opone al egoísmo. ’’[1]

           En lo anterior Popper da por sentado el carácter restringido de la voz egoísmo como excluyente del altruismo. Para nosotros –como hubiéramos explicado otras tantas veces- egoísmo es sinónimo de interés propio, y dentro del propio interés no se encuentra solamente la persona de uno mismo sino también otras personas (familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo o estudios, etc.).

En consecuencia, y como partidarios del sentido amplio, incluimos dentro de egoísmo también al altruismo, porque todo aquello que a ojos de un tercero puede implicar el sacrificio de una persona (o de sus bienes) por otra, esta motivado en un acto de propio interés, es decir, egoísta. Por eso, decimos que el egoísmo puede ser altruista o no altruista en la medida que el acto de alguien tenga por mira satisfacer una necesidad para sí o para otros. Este parece ser el sentido que le dan a la palabra autores como Ludwig von Mises. En cambio, la perspectiva de Popper es parecida a la de Ayn Rand en cuanto a la oposición (y antagonismo) entre egoísmo y altruismo. En lo demás, claramente, la filosofía de Popper tiene pocos puntos en común con la de Rand.

En el sentido indicado en el párrafo anterior, podríamos decir que Popper describe (en la cita precedente) el egoísmo no altruista de nuestra clasificación. En el caso, la aplica al grupo (con bastante acierto a nuestro modo de ver). Es el egoísmo que tiene por objeto satisfacer las necesidades exclusivamente del propio grupo que, en última instancia, se van a reducir a las del líder o líderes del grupo y su entorno de privilegiados como en toda organización colectiva se pueden apreciar.            

Paradójicamente desde esta perspectiva, la actividad de los miembros del grupo van a terminar beneficiando (en proporciones mayores a un cincuenta por ciento) a sus líderes, con lo cual -en la nomenclatura convencional- concluirían siendo acciones altruistas que -como resultado- beneficiaran el egoísmo de los jefes del grupo o colectivo.

En realidad, no solo el colectivismo no se opone al egoísmo sino que nada se le opone, en la inteligencia que toda acción es egoísta, según la entendemos nosotros y hemos explicado arriba.

Cuando Marx proclama que los proletarios deberían unirse para combatir a los burgueses y arrebatarle todo el capital, estaba proponiendo lo mismo: satisfacer el egoísmo proletario poniéndolo por encima del egoísmo burgués. Pero la lucha contra el egoísmo es vana si lo concebimos de la manera en que lo hemos propuesto.

‘’Por otra parte, un anticolectivista, esto es, un individualista puede ser, al mismo tiempo, un altruista; puede hallarse pronto a hacer sacrificio si éstos ayudan a otros individuos. Dickens es tal vez uno de los mejores ejemplos de una actitud semejante. Sería difícil decir qué es en él lo más fuerte, su apasionado odio al egoísmo o su apasionado interés en los individuos, con todos sus defectos y debilidades; y esta actitud se combina en él con cierta antipatía o aversión no sólo hacia lo que llamamos hoy cuerpos colectivos, sino incluso ante el auténtico altruismo, si éste se halla dirigido hacia grupos anónimos y no individuos concretos. (Recuerde el lector a Mrs. Jellyby en Bleak House: «una dama consagrada a los deberes públicos».) ’’[2]

Recordemos la terminología y la diferencia entre la que usamos nosotros y la que le da el autor citado. Un egoísta (en la nuestra) también puede ser altruista, algo que sería inaceptable tanto para Popper como para Ayn Rand. Con todo, esta última autora, en varios de sus escritos, y en los de su discípulo Nathaniel Branden, suele diferenciar entre dos tipis de egoísmo: uno racional y otro irracional. El primero parece tener bastante semejanza con nuestro egoísmo altruista, en tanto el segundo con el (también nuestro) no altruista. Pero para no salirnos del tema (que, en definitiva, es individualismo vs colectivismo) tenemos en claro que un individualista puede ser (en la nomenclatura de Popper y de casi todo el mundo) egoísta o altruista. En cambio, para Ayn Rand el individualista siempre es egoísta y es esto lo que lo diferencia de un altruista como marca distintiva.

Si todos somos -en el fondo- egoístas ¿qué diferencia entonces al individualismo del colectivismo? Creo que entre las muchas respuestas que ya hemos dado en distintas partes, sobresale la siguiente: el individuo es real, el colectivo es ficticio. El individuo puede ser percibido sensorialmente, en tanto que el colectivo no.

Si –por caso- en un determinado lugar hay cinco o diez personas reunidas, un colectivista dirá que allí hay un grupo o colectivo reunido, en tanto que un individualista expresará lo primero: que allí hay cinco o diez personas. Este último describe literalmente lo que ve (y que cualquiera normalmente puede ver). Aquel otro narrará en palabras algo que sólo es un concepto que alberga en su mente y al que quiere darle entidad propia como si fuera real físicamente.

‘’Creo que esos ejemplos bastarán para explicar claramente el significado de nuestros cuatro términos y demostrar que cualquiera de ellos puede combinarse con cualquiera de los dos términos incluidos en la otra columna (de lo que resultan cuatro combinaciones posibles). De ese modo, es sumamente interesante comprobar que para Platón -y para la mayoría de los platónicos- no es posible la existencia de un individualismo altruista (como, por ejemplo, el de Dickens). ’’[3]

           Paradójicamente, la postura de Ayn Rand viene a coincidir con la de Platón, ya que aquella también reputa imposible un individualismo altruista. Porque para ella, el individualismo o es egoísta o no es. En tal sentido nos resulta más razonable la posición de Popper.


[1] K. R. Popper. La sociedad abierta y sus enemigos. Paidós. Surcos 20. pág. 115-116

[2] Popper, K. R. Ibídem.

[3] Popper, K. R. Ibídem.

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