Aunque parezca increíble en nuestra época seguir tratando este tema, hechos aberrantes como el asesinato del niño Lucio Dupuy a mano de dos lesbianas (una de ellas su madre biológica), y la justificación del crimen por representantes del movimiento feminista me obligan a volver sobre el tema del epígrafe[1]
La que en un momento se llamó ''la guerra de los sexos'' hoy cambió de nombre y adopta el más civilizado de ''perspectiva de género'' que, en realidad, no es más que una ideología de género que, como decimos, no es ''nueva'' sino que se saca del ''baúl de los recuerdos'', se desempolva y se pretende darle los visos de algo ''novedoso'' pero, como dice el Eclesiastés 1:9 : ''Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol''. Aunque la cita bíblica -en contexto- se refiere a los ciclos de la naturaleza, en este caso esto pareciera ser verdad en la cuestión que estamos abordando ahora.
Quizás la novedad sean los artilugios creados para justificar aberraciones de larga data:
''Tal es el caso del flamante ‘lenguaje inclusivo’, así llamado porque propone avanzar con un nuevo modelo lingüístico no sexista, que anule la distinción entre masculino y femenino en las palabras ligadas al ámbito de lo humano, con la finalidad de visibilizar y exaltar la tan lícitamente reclamada igualdad de género. Para comenzar a tratar esta cuestión, debemos partir del supuesto de que los seres humanos nacen sexuados como varones o mujeres. Si alguien dudara o intentara negar este supuesto, tiene ante sus ojos, en la simple observación directa de las personas humanas, ciertos rasgos morfológicos de evidencia indubitable, especialmente en los órganos sexuales y reproductivos. Si con esto no alcanzara, se podría llevar la observación a un nivel molecular, en donde el ADN de los varones presenta dos cromosomas sexuales distintos llamados ‘heterogaméticos’ (xy), en tanto que el ADN de las mujeres manifiesta dos cromosomas sexuales de la misma clase denominados ‘homogaméticos’ (xx). Esto puede resultar muy elemental, pero es necesario señalarlo porque de esta diferenciación sexuada binaria proviene la especificación que da origen a los géneros lingüísticos con que se nombra a los seres humanos y a todo lo relacionado a su mundo en ‘masculino’ y ‘femenino’: he aquí el correlato genérico-lingüístico referenciado al ámbito de lo sexual-biológico. ‘‘[2]
Tanto el feminismo como el machismo son términos que ya deberían ser arcaicos en nuestra era.
Porque si bien hubo, en el curso de la historia, una preponderancia del hombre en cuanto a derechos, ello tendió a su desaparición partir del surgimiento del liberalismo a fines del siglo XVIII.
EL capitalismo (el brazo económico del liberalismo) permitió que (salvo en sus primera etapas) el trabajo de la mujer pasara de ser una obligación en el pasado a ser una opción en el presente. Con esto se erige el liberal/capitalismo como el único responsable de la liberación de hombres y mujeres del poder de la esclavitud de la pobreza al que estaban sometidos en la era preliberal.
Las leyes que les siguieron después, no hacían más que reconocer (sin mencionarlo) esta conquista del capitalismo liberal, siendo la afirmación de iguales derechos para ambos sexos un claro logro exclusivo de este último.
Si hoy en día se sigue hablando de feminismo/machismo es por desconocimiento de lo anterior o negación por mala fe en caso contrario.
De tal suerte que, el feminismo actual con sus consignas anticapitalistas y antiliberales, es un sucedáneo de la teoría marxista de la explotación, donde se han cambiado las figuras tradicionales de burgueses contra proletarios reemplazándoselas por la de varones contra mujeres. El resto de la tesis marxista se mantiene intacta, en cuanto a ‘’explotación’’ de los primeros contra las segundas. Y se la hace pasar como si fuera una ''nueva lucha de clases'', donde la ''clase'' más ‘’fuerte’’ (varones) explotan a la clase más ‘’débil’’ (mujeres) de la misma manera que el marxismo decía que los más fuertes (burgueses) explotaban a los más débiles (obreros/proletarios).
La solución que propone el feminismo es, en última instancia, la misma que plantean Marx y Engels para terminar con la situación de explotación burguesa: expropiación y posterior o simultanea eliminación de la clase dominante (en este caso, los varones).
Obviamente, de la misma manera que se probó que el marxismo era falso también es inventado el feminismo en esta versión, porque la línea argumental seguida es la misma y sólo cambian los sujetos de las supuestas ''clases''.
Dado cierto desprestigio adquirido por la teoría clásica marxista, los neo-marxistas (para no perder vigencia internacional) no han tenido mejor idea que trasladar el papel de ''débiles'' (hoy llamados ‘’vulnerables’’, termino más conmovedor si se quiere) a los por ellos considerados ''marginados sociales’’: colectivos homosexuales, transexuales, bisexuales, no binarios, LGBT y denominaciones similares por el estilo.
Curiosamente, el feminismo no incluye dentro de la categoría de vulnerables al feto humano y sostienen que es un ‘’derecho humano’’ e ‘’igualitario’’ abortarlo sin más. Cualquier ser humano racional sabe que no es más que un crimen agravado.
Igual que en el marxismo tradicional, para eliminar estas supuestas ''injusticias'' del ahora ‘’capitalismo machista’’ dicen se hace necesario y se reclama la figura del estado/gobierno que, mediante la legislación pertinente, someta a la imaginaria ‘’clase dominante’’, convirtiendo a estos en los nuevos dominados y las antes ‘’minorías dominadas’’ en minorías dominantes. Todo lo cual es del ‘’Manual del buen marxista’’.
''La izquierda'', por supuesto, hace suya esta línea ideológica feminista. Todo lo que se les oponga lo tilda de ''discurso de odio'', para lo cual también piden represión del estado/nación.
Este tipo feminismo se ha llamado radical o feminazismo, pero entendiendo que la base del nazismo es el socialismo marxista, propongo usar el término marxifeminismo que parece más amplio.
Aunque conviene insistir que, desde el liberalismo, no tiene ningún sentido la falsa dicotomía feminismo/machismo por obsoleta, superada y caduca desde que el liberalismo es el verdadero y único humanismo que ha logrado en el pasado y permite en el presente la armoniosa convivencia, paz y progreso de todo ser humano.
[1] Ver mi nota ‘’La perspectiva de género’’
[2] Claudio Marenghi. "A propósito del lenguaje inclusivo", Copyright © 2019 Instituto Acton, All rights reserved.
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